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• El profesional clínico también puede recomendar la metadona
o la buprenorfina para las mujeres embarazadas que están en
recuperación por el trastorno por el consumo de opioides si la
paciente se encuentra en riesgo de recaída durante el embarazo.
• La metadona o la buprenorfina son las mejores opciones para
tratar el trastorno por el consumo de opioides durante el
embarazo. Sin embargo, si la paciente está tomando la naltrexona
antes del embarazo y la quiere continuar, la paciente debe analizar
los posibles riesgos con el profesional clínico. No se sabe lo
suficiente sobre la seguridad de la naltrexona durante el embarazo.
• Aunque la metadona y la buprenorfina tienen algunas similitudes
con otros opioides como la heroína o la oxicodona, sus
propiedades específicas las hacen mucho más seguras durante el
embarazo cuando se emplean bajo la atención de un profesional
clínico. Estos medicamentos son de acción prolongada, lo que
evita la abstinencia y las sobredosis de opioides y los altibajos que
pueden dañar el desarrollo del feto.
• Más adelante en el embarazo, el profesional clínico puede
aumentar la dosis o la frecuencia de la medicación para evitar el
deseo compulsivo y mantener un ambiente más estable para el
feto.
• El profesional clínico puede recomendar la psicoterapia u otros
tratamientos conductuales además de la medicación.
• Las pacientes que están tomando metadona o buprenorfina según
la indicación médica, y no presentan otras contraindicaciones
para la lactancia, pueden y deben amamantar.
• Después del parto, el profesional clínico evaluará a la paciente
para determinar si es necesario modificar la dosis de la metadona
o de la buprenorfina. Como existe un riesgo de recaída y de
sobredosis durante el primer año posterior al parto, las pacientes
no deben dejar de tomar estos medicamentos durante este
tiempo.