Î Aunque al cáncer de tiroides se asocia con una tasa de supervivencia global
alta, que supera el 90% para la mayoría de los subtipos, se ha reportado
que el riesgo de recurrencia puede ser tan alto como 35%.
Î La mayoría de estas recurrencias se detectan en los primeros cinco años
después del diagnóstico y por lo tanto, podrían en realidad representar una
enfermedad persistente más que verdaderamente recurrente.
Î Se sabe que la necesidad de repetir la mayoría de las cirugías por cáncer
de tiroides es evitable y que los estudios por imágenes preoperatorios
inadecuados son la causa fundamental de una cirugía inicial incompleta.
Î La ecografía sigue siendo el estudio de imágenes más importante para la
evaluación del cáncer de tiroides y se debe usar en forma habitual para
evaluar tanto el tumor primario como todas los focos de ganglios linfáticos
cervicales asociados, antes de la intervención quirúrgica.
Î La evaluación ecográfica ("mapeo") de los compartimentos 1-6 de los
ganglios linfáticos bilaterales se debe realizar habitualmente en la
evaluación preoperatoria de los pacientes con evidencia citológica definitiva
de carcinoma (biopsia por punción positiva).
Î La detección sistemática de metástasis distantes por lo general no se
realiza antes de la cirugía inicial para el cáncer de tiroides diferenciado.
Estudios de imágenes funcionales
Î Las imágenes funcionales con tomografía por emisión de positrones (PET),
PET-tomografía computarizada (TC) o PET marcada con
18
F-fluoro-2-
desoxiglucosa tienen un valor limitado actualmente para la detección de la
enfermedad recurrente.
Aspectos clave
Diagnóstico