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Metadona
• La metadona también actúa sobre la misma parte del cerebro que
los medicamentos o las drogas opioides y ayuda a estabilizarlos
para reducir el deseo compulsivo de consumir opioides y para
evitar los síntomas de abstinencia.
• La metadona se puede iniciar en forma segura antes que el
paciente empiece a sentir los síntomas de abstinencia.
• El profesional clínico trabajará junto al paciente para encontrar
la dosis correcta que reduzca el deseo compulsivo sin que el
paciente se sienta somnoliento o sedado.
• La metadona viene en forma líquida, como polvo o comprimido
que se disuelve en líquido antes de tomarlo. Se toma comúnmente
una vez por día (puede ser diferente para las pacientes
embarazadas o para quienes reciben tratamiento para el dolor).
• Solo se permiten programas de tratamiento de adicción a los
opioides especializados para tratar a los pacientes con metadona.
• Al comienzo del tratamiento, los pacientes comúnmente
necesitarán asistir al consultorio todos los días para tomar su
dosis diaria.
• A las personas que presentan una recuperación estable se les
puede entregar la medicación para que la tomen en el hogar.
• La administración de la metadona se debe supervisar porque de lo
contrario puede dar lugar al desvío y al uso indebido.
• Muchos pacientes necesitarán continuar tomando metadona
durante un período de tiempo prolongado. La interrupción de la
metadona pone al paciente en riesgo de recaída y sobredosis. Esto
solo se debe hacer gradualmente con la supervisión cuidadosa del
profesional clínico.
• Se ha demostrado que el tratamiento con metadona reduce el
riesgo de muerte por sobredosis de opioides.